¿Este niño ha comido?
¿Este niño ha comido?
Decir que el último módulo estudiado,
en el Diploma de Especialización en Gestión Sanitaria que estoy cursando, me ha
gustado es quedarse corto. Me ha encantado. Su
título: Ciudadanía y ética. Se ha tratado el
tema de la bioética desde muchos ángulos: ética y final de la vida, la
medicalización y la desprescripción, ética en la gestión sanitaria….
He podido participar en varias sesiones
maratonianas, de mañana y tarde, que han pasado en un momento, sin cansancio y
con gran participación de todo el grupo. La calidad de los docentes, su
facilidad de palabra y de transmitir, el ambiente
relajado y de confianza, en el que se permiten todo tipo de comentarios
y experiencias, han influido mucho. Y pienso, que no sólo para mí, sino también,
para el resto de mis compañeros, ha sido muy interesante y enriquecedor.
Pero como todo lo que te llega,
ha removido historias del pasado. He vuelto
a estar delante de pacientes, en los que había que tomar una decisión difícil,
he vuelto a revivir conversaciones con familiares y a acercarme a la cama de
pacientes, cogerles la mano, sonreírles, aunque por dentro estuviese llorando
como una niña.
Me he
preguntado, que haría hoy, tras muchos años
de experiencia y con más formación. ¿Qué habría
hecho? Bueno, mi conciencia en este aspecto está tranquila, hubiese
actuado igual que lo hice tiempo atrás.
¿En todos los casos? No,
posiblemente no. No hubiese actuado igual en el caso de MI ABUELA. Por aquel
entonces, yo era una residente de 2 ó 3 año de Medicina Interna. Desde hacía tiempo,
mi abuela María sufría una demencia que la había ido deteriorando desde el
punto de vista motor y cognitivo. Muchas tardes eran muy amenas, pues nos
contaba batallitas del pasado, que a todos nos hacía mucha gracia, y a mi madre
y a mis tíos les servía para revivir aventuras pasadas. Se vivían historias
“curiosas”, como que mi abuela prefería siempre ir con “el señor gordo”, como
ella llamaba a mi padre, anteponiéndolo a sus propios hijos, posiblemente, su
forma de reconocer el cariño y el cuidado con el que la trataba.
Pues bien, a mi abuela le
sobraron sus últimos 3-4 años de vida. No se si es duro, decirlo o leerlo, pero
es la realidad. Mi abuela fue una persona muy activa, madre de 14 hijos, que,
junto con mi abuelo, los crió y les dió educación a todos, sin mirar si eran
chico o chica. Un ejemplo, en el que sus nietos nos miramos. Una gran cocinera.
Y muchas veces, se le podía oír preguntar ¿Este
niño ha comido? Y te obligaba a comer, quisieras o no quisieras.
Posiblemente, reminiscencias de la época de la postguerra, que tanta hambre
trajo a nuestro país.
Pues bien, eso mismo hicimos
nosotros. La obligamos a “comer”. Cuando su cuerpo, sabiamente, olvidó como se
tragaba, por indicación facultativa y previo consenso entre sus 14 hijos, se le
coloco una sonda nasogástrica para alimentación. Y vivió 4 años más.
Hoy
posiblemente no hubiese actuado como lo hice. Cuando mi familia me
preguntó, “a la única médica de la familia”, que qué hacíamos, pensé más en mi
madre y sus hermanos, en lo que clínicamente estaba indicado, que en mi abuela.
¿Inexperiencia? ¿Falta de tablas tanto en medicina como en la vida? Creí hacer
lo correcto.
Hoy los hubiese sentado a todos.
Habríamos hablado de mi abuela, de su vida pasada y del futuro que le esperaba.
Y conociéndolos, habríamos llegado a un consenso sobre como afrontar la muerte DIGNA de mi abuela. Mi consuelo, que
falleció en casa, en brazos de mi madre, y rodeada de los suyos.
Creo que hemos avanzado. Que
cada vez la ética está más presente en nuestro día a día. Pero queda mucho
camino por recorrer. El otro día, en mi hospital hablando sobre pacientes en situación
de últimos días, escuche una frase que me entristeció mucho: “A ti no te pasará
eso, porque eres familiar de médico”. Sinceramente, espero que podamos ir progresando.
Que no necesitemos ser sanitarios, para recibir lo que está bien hecho, desde el
punto de vista ético.
En este Diploma estoy
aprendiendo muchas cosas. Pero lo que me está dejando muy claro, es que desde
la posición que ocupamos, debemos luchar por una
Sanidad equitativa, justa, universal y eficiente para todos.
Aquí os dejo dos
enlaces que me han parecido muy interesantes sobre este tema que tratamos.
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