La descapitalización de los hospitales públicos.
La descapitalización de los hospitales públicos.
Me resulta curioso, cómo en estos
últimos años en plena crisis económica, he podido observar el incremento del
número de clínicas privadas en mi ciudad, Sevilla. Con los recortes
establecidos en el sistema sanitario público “a causa” de la citada crisis, con
las denuncias en los medios de comunicación de plantas y quirófanos que se
cierran en hospitales, reducción de plantilla, salas de urgencias saturadas con
enfermos esperando en los pasillos y listas de espera que se dilatan en el
tiempo.
Personalmente, tengo mi
propia idea de lo que puede estar sucediendo, y lo que en principio consideraba
una opinión personal, después de escuchar a personalidades relevantes del
ámbito económico y sanitario público actual, como Sergio Minué, “Privatización
en la sanidad pública” (médico especialista en medicina familiar y
comunitaria y profesor de la Escuela Andaluza de Salud Pública, EASP), Javier Rey del Castillo, (Ex secretario
del Consejo Interterritorial del Sistema
Nacional de Salud), David Stuckler,
(profesor de Economía Política y Sociología en la Universidad de Oxford), José Jesús Martín Martín, economista y
profesor de la Universidad de Granada y de la EASP (2ª hora minuto
28-32 de “Propuestas para la Regeneración de la Sanidad Pública en España”),
y de leer algunos artículos, me llevo la sorpresa de que mi sospecha es algo
más que una simple opinión personal, y se aproxima más a una realidad, que
forma parte de un entramado que se remonta en el tiempo a fechas muy anteriores
a 2008.
En mi humilde opinión, creía que
con la crisis y el desplome de la economía, el sector privado ya no era tan
rentable y que ahora la rentabilidad y la forma de “hacer dinero” rápido y
sustancioso, se encontraba en la “venta” de los servicios públicos como la
sanidad. De ahí, el incremento de las externalizaciones y las privatizaciones.
Comienzan a vendernos un Sistema Nacional de Salud, (SNS) que no es sostenible,
donde se usa la crisis como argumento para los recortes y se crea toda una
carrera de desprestigio del SNS, mostrándonos el mal funcionamiento de la sanidad
pública, su ineficiencia y el despilfarro.
Pero resulta, que la crisis no ha
sido más que la excusa perfecta para seguir avanzando en un proceso, ya
establecido con anterioridad, de
privatización a un ritmo mayor cualitativo y cuantitativo, proceso que como
cuento a continuación venía ya esbozado desde décadas anteriores, y que refleja la escasa sensibilidad y ética política existente con los servicios
sanitarios.
Quiero antes señalar, que según
palabras de algunos conocedores en materia económica y del citado David Stuckler, “La
austeridad mata”, el propio FMI, en 2012 reconoció la ineficacia de las
políticas austeras para solventar la crisis mundial y cómo en algunos países la
situación empeoró tras la intervención, es el caso de la crisis Asiática de
1990, o el ejemplo más reciente de Grecia, en contraposición a la situación de
Islandia que esquivó dicha intervención, véase a Martin Mckee, Co-Director, European Centre on Health of Societies
in Transition. London. U.K. en “Crisis financiera en Europa,
salud y servicios sanitarios”.
En el año 1994, en el programa de
salud del candidato a ministro Fernández Miranda, ya exponía en su programa un
modelo de competencia público privado con financiación pública.
Pero en 1990, y siendo el sistema
de salud británico, NHS, el modelo que ha seguido España, el influyente
político Oliver Letwin, escribe el libro “Privatizar el mundo”, donde expone
que el primer paso para privatizar es
reducir la asignación de recursos y convencer a la sociedad de que lo actual no
funciona, resaltando y acrecentando sus carencias e ineficacia. Estas mismas ideas se usan posteriormente como
justificación teórica para la reforma realizada en el NHS, con la Ley de Salud
y Asistencia Social de 2012, donde se apuesta por una mayor relación entre la
sanidad pública y privada.
Quiero también mencionar la
relación entre la situación actual y los ideales liberales de la Escuela de Chicago
en contraposición a Keynes, y el TTIP, Tratado
Transatlántico de Comercio e Inversiones, tratado de libre comercio que está
siendo negociado entre la
Unión Europea y EEUU desde junio de 2013, donde empresas
estadounidense se pueden presentar a cualquier concurso público sanitario en
Europa con las mismas condiciones que un participante local. Pero estas dos
cuestiones nos llevarían a un debate en mayor profundidad y que dejo para otra
ocasión.
Para terminar, me gustaría
hacerlo con un aire de esperanza, y quiero señalar que por suerte contamos con
grandes profesionales de la salud implicados y convencidos de que el SNS es
sostenible, y parafraseando una de las ideas del libro “NHS SOS”, Salvemos al
Sistema Nacional de Salud Británico, nuestro
SNS durará tanto como estemos dispuestos a luchar por él.
Interesante analisis, aunque como sabrás el entramado se empezó a tejer mucho antes con la Ley de ordenación de las profesiones sanitarias 44/2003 q ya diseñaba el futuro marco de actuación de los entes sanitarios privados q iban a surgir tras su aprobación. Cosa q por otro lado a mi profesionalmente me ha venido de perlas, pero yo q defiendo un modelo público q llegue a todos los ciudadanos a tiempo y con la calidad suficiente, una cosa ha ido imponiéndose en detrimento de la otra.
ResponderEliminarAgradezco sinceramente el tiempo dedicado a leer mi post y tu comentario, al que me hubiera gustado responderte antes. Es evidente que ante todo cambio suelen salir beneficiados algunos actores que inicialmente no estaban en la escena o no con el suficiente protagonismo, y como muy bien indicas la sanidad privada ha ido imponiéndose en detrimento de la sanidad pública, y por eso mismo me surge la siguientes preguntas que en realidad es la motivación que me llevó a escribir el texto anterior, ¿que tipo de sanidad le queremos dejar a nuestros hijos y a las generaciones venideras? ¿qué modelo de sociedad queremos fomentar?
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