Externalización, ¿si o no?


        El fenómeno de la externalización no es reciente, y ya hemos visto diferentes fórmulas que se han puesto en práctica en el sector sanitario español en las últimas décadas. A mí, como responsable del servicio de informática de un Área Sanitaria, evidentemente no me afecta positivamente esta tendencia a la externalización y, como ya todos sabemos, parte de las tareas de nuestro ámbito, la atención al puesto de usuario, ya están externalizadas. Sin embargo, evadiéndome por un momento de mi función dentro de la organización, me gustaría reflexionar sobre este fenómeno. 

          Según los distintos artículos que he leído al respecto, son más susceptibles de externalizarse aquellas actividades que no forman parte del núcleo de la actividad que, en el caso del sector sanitario, en principio son todos aquellos servicios no asistenciales, incluida la informática. La externalización está justificada por las siguientes ventajas:


➤ Gerencial: facilita centrar la función directiva en competencias y procesos nucleares y críticos [1].

➤ Flexibilidad gestora: los prestatarios de los servicios externalizados tienen plantillas abundantes y especializadas , y cuentan con capacidad de maniobra, distribuyendo su fuerza de trabajo de acuerdo con las necesidades de sus distintos clientes.

➤ Reducción de costes: debida a que la empresa prestataria organiza mejor la función de producción o bien es capaz de reducir costes de los factores (negociando a la baja salarios o comprando equipamiento y material a menor precio).



Fuente: https://pixabay.com/es/estetoscopio-m%C3%A9dica-de-salud-m%C3%A9dico-2617701/



           Sin embargo, se me plantea una duda, hoy día, en los que nuestros profesionales pasan la mayor parte del tiempo de la consulta médica escribiendo en los ordenadores, en los que no tenemos casi información en las historias en papel, ¿realmente la informática no forma parte del "núcleo" de la actividad sanitaria?, ¿podemos seguir ofrenciendo el mismo nivel de servicio a nuestros pacientes cuando los sistemas de información no funcionan, o no lo hacen correctamente?. En mi opinión, las tecnologías están ya tan intrínsecamente ligadas a algunas profesiones, que deben ser consideradas como parte de las tareas esenciales de las mismas. Por tanto, opino que antes de externalizar, nos debemos preguntar qué servicios no forman parte verdaderamente del núcleo de nuestra actividad, ya que al hacerlo perdemos el control de los mismos y los dejamos en manos de un tercero. 

        Finalmente, e independientemente de las ventajas de la externalización, entiendo que ésta puede suponer la existencia de trabajadores de "primera" y de "segunda" dentro de la misma organización, con los conflictos que ésto pueda suponer, ¿es ético establecer esta diferencia sabiendo que la empresa prestataria del servicio seguramente reducirá al máximo los sueldos de los trabajadores para obtener un mayor margen económico con el contrato?. 

    Sobre éstas y muchas más cuestiones se debe reflexionar antes de externalizar cualquier servicio, puesto que en la mayoría de las ocasiones la población entiende la externalización como sinónimo de privatización, con el consiguiente rechazo por parte de la cuidadanía. 



Bibliografía:
[1] Repullo, José R. Externalización, eficiencia y calidad (primera parte). Público y privado en la sanidad. Revista de Calidad Asistencial. 2008. Disponible en:

http://www.elsevier.es/es-revista-revista-calidad-asistencial-256-articulo-externalizacion-eficiencia-calidad-primera-parte--S1134282X08704743

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